jueves, 9 de marzo de 2017

El mentiroso

Mi participación del mes de marzo en Literautas.com
Textos escena #42, mi relato el #82

Imagen tomada de la Web
Tío Polonio

En una reunión de amigos se contaban historias de mentirosos.

—Les voy a contar la mía —dice Alexis sacando pecho— a mi tío Polonio nadie le gana. 

—¡Con decirles que en el pueblo le dicen Polocho! Luego les digo lo que a él le crece —añade riéndose.



***

Tío Polonio vive en Cajonal de Sierra Petra, un pueblito que está lejos de la capital, de la última parada del autobús, son cinco horas más a caballo. En Semana Santa, es cuando me gusta ir visitarlo.


—Al llegar, lo busco para escuchar sus anécdotas. Nos agrada sentarnos en la carreta que está en el patio de la casa. —Durante  todo el cuento imita la voz y gestos de su tío. 

—Toca mi hombro y dice:

«¿Cómo están sus papás?, ¿su «mama» siempre linda?, no porque se casó con mi hermanillo, si yo soy el más guapo»  y pone su pose de galán.

«¡Mirá "Cagao"!» —el chico se interrumpe para contar porque le llama así— cuando yo era pequeño pasaba en una pura diarrea, al preguntar a mi madre por mí, era su forma de hacerlo, pero creo era más porque nunca se aprendió mi nombre —y ríe mientras se acomoda en su asiento. 

A los santos hay que respetarlos  —me dijo muy serio— ¿Usted sabe que entre ellos hay unos que son más milagrosos? —Dije no con movimiento de cabeza y él continúa.

Yo siempre he dicho a todo el mundo: la fe es la fe y es la base de todo, ni en los peores momentos se puede perder. Hay  quienes le tienen fe a "San Rafel", que cura los enfermos. Las chiquillas ponen de cabeza al San Antonio para que les encuentre novio. 

San Pascual Baylón, encuentra cosas perdidas y repara alimentos, se le pide con una canción; antes le pagábamos con bailarle, pero luego como que se hizo interesado, porque el padre Eufemio nos dijo:  «Hay que llevarle limosna a la iglesia, sino no les cumple».

El año pasado, para esta época, gracias a la ayuda de uno de ellos, con un solo tiro maté varios animales y tuvimos que comer. 

Sucedió que me había ido mal con la cosecha, no tenía plata ni para comprar una sardinilla para su Tía Eufrasia y los chiquillos, entonces recordé el fusil que me heredó, hace más de 10 años, el difunto Tío Besalio con esta sentencia: —vea "m’ijito", úselo en caso de extrema necesidad, porque solo le queda un cartucho. 

¡Ese era el día! Lo fui a sacar a la bodega, estaba muy herrumbrado,  pero no me preocupé, porque con mi buen pulso, de seguro no fallaría el tiro. Lo eché al hombro y junto al guaro «e’caña» me fui para el monte.  

Sentado a la orilla del río, primero le recé a San Pascual: “Hazme el milagro de que aparezca algo para dar de comer a mi familia. Le canté la canción que ya sabía: “San Pascualillo, te encargás del caldillo, mientras yo  me tomo un vinillo”. La dije varias veces, 
se terminó el guaro y no aparecía nada. «¿Será que no vale cambiar el vinillo?», pensé. 

Me pongo de pie y es cuando veo una burbuja en el agua. ¿Y eso?, fijo la mirada y sin hacer bulla,  cuadro el rifle, le vuelvo  a pedir  a San Pascual, y disparo. Con la fuerza que salió el tiro, me empujó para atrás, caí sentado, y la boca del fusil quedó como una flor.

Para no cansarlo con el cuento,  resulta que la bala, no solo mató a muchas truchas que me saltaron encima, sino que rebotó en una piedra del río, alcanzó un ramal que al caer, desnucó unas gallinas y a un zorro que las perseguía. 

Al acercarme a recogerlos, quedé sorprendido al ver que  esa rama tenía frutas exóticas, más un enorme panal, que del susto lo abandonaban las abejas. ¡Estaba cargado de miel! 

Como no me alcanzaban las manos para traerme todo aquello, del leño caído hice esta carreta —toca donde están sentados— para trasladarlo hasta aquí.

Como ves "Cagao", aún hoy estamos comiendo de lo que el santo reparó, por eso no hay que perder la Fe. 


¡Dios guardísimo!».

***


—¡Fin! —concluye Alexis tocando su nariz y sintiéndose satisfecho al ver a sus amigos con la boca abierta.


Javier rompe el silencio para preguntarle.


—¿Y qué era lo que le crecía al Tío Polocho?

¡Ah! —dice Alexis jocosamente— lo jetón amigo, lo jetón, entre más miente, más le crece.


***

Aclaración= Jetón= mentiroso o bocón (boca)  (RAE)
Publicado en Literautas y comentarios de los compañeros aquí



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